1 de junio, Día Mundial contra la Leishmaniosis

Cada año millones de personas y mascotas se ven afectados por la leishmaniosis. Conocer cómo afecta a las mascotas y cómo se propaga el vector que la transmite es crucial para frenar el avance de la enfermedad y evitar los riesgos para la salud.

Leishmania en España
Leishmaniosis en mascotas - 123RF

¿Qué es la leishmaniosis?

La leishmaniosis es una enfermedad causada por un parásito conocido como Leishmania, del cual existen más de veinte especies. La enfermedad es transmitida por la picadura de mosquitos flebotomos, los cuales se alimentan de la sangre de animales infectados. La variedad Leishmania infantum está presente en Europa y es la causante de la enfermedad en España.

La enfermedad afecta la salud de los animales en dos formas: causa lesiones en la piel o daña los órganos internos, impactando en su calidad de vida.

¿Cómo afecta la leishmaniosis a los perros?

Los perros afectados desarrollan la forma cutánea de la enfermedad. Los principales signos clínicos son:

  • Presentan áreas insensibles.
  • La piel se muestra seca y con escamas.
  • El animal pierde los pelos en el área del hocico.
  • Fiebre.
  • Apatía, pérdida de apetito, intolerancia al ejercicio.

Leishmaniosis en humanos

Las personas pueden contagiarse por la picadura de un flebotomo infectado (vector). Los casos que se presentan ocurren cuando las personas viajan a las zonas en las cuales la enfermedad es endémica. Los signos clínicos de la enfermedad pueden tardar meses en aparecer:

  • Se forman protuberancias enrojecidas sobre la piel, que pican y pueden formar úlceras. Aunque llegan a sanar, esto puede tardar años y causar cicatrices permanentes.
  • Cuando involucra los órganos internos, se ven afectados el bazo o el hígado o genera cambios en la sangre, lo cual resulta grave y puede provocar la muerte.

La leishmaniosis y el cambio climático

La leishmaniosis está fuertemente asociada al cambio climático. Se ha determinado que su avance depende de los cambios del clima y del uso del suelo. El principal factor desencadenante es su efecto sobre los vectores que transmiten la enfermedad: los flebotomos.

Estos animales son ectotérmicos, es decir, no son capaces de generar el calor que necesitan para realizar sus funciones vitales. Por esta razón su desarrollo metabólico depende de la temperatura del medio. Debido a esto, usan y buscan el calor del medio para realizar sus actividades.

El cambio en el clima produce que los otoños sean cada vez más templados y en consecuencia se incrementa el periodo de actividad de estos insectos, lo que aumenta el riesgo de transmisión de la enfermedad a lo largo y ancho del país.

Prevención de la leishmaniosis

La leishmanía es una enfermedad endémica; es decir, que siempre se presenta en una población dentro de un área geográfica establecida. Su control se basa, fundamentalmente, en la detección precoz (análisis de sangre rutinario) y el tratamiento de los casos detectados. También es importante el control de los reservorios y los vectores que trasmiten la enfermedad.

Control del vector en la lucha frente a la leishmaniosis

Las medidas van encaminadas a interrumpir el ciclo de desarrollo y transmisión local del mosquito. En zonas endémicas se recomienda aplicar periódicamente un insecticida que mantenga acción residual. La aplicación debe realizarse dentro y fuera de las casas.

También es recomendable el uso de redes mosquiteras al comienzo de la temporada que incrementa la actividad de los flebótomos.

Control de los reservorios en la prevención de la leishmaniosis

El reservorio representa el organismo viviente donde el agente infeccioso se instala, vive y se multiplica. En zonas urbanas y rurales, los canes son el principal reservorio. En las zonas rurales se suman otros mamíferos, como los zorros o los conejos.

La importancia del cuidado preventivo se evidencia en la relevancia de los perros en la transmisión de la enfermedad. En las zonas endémicas se debe proteger a las mascotas mediante el uso de repelentes frente a los flebotomos o con collares impregnados con insecticidas. Se recomienda evitar la permanencia de los animales al aire libre durante las horas de actividad de los mosquitos, que normalmente van desde el atardecer hasta el amanecer.

También es conveniente la protección de ventanas y el uso de redes mosquiteras. La prevención y el tratamiento de las mascotas infectadas ha reducido la incidencia de la leishmaniosis canina y la extensión de los casos en personas. También es efectivo aplicar la vacuna contra la enfermedad.

Vacuna contra la leishmaniosis

La vacuna estimula el sistema inmunitario de los canes para fortalecerlo y, en el caso en que el flebotomo pique y transmita la Leishmania, evita el desarrollo de la enfermedad.

Para que la vacuna sea efectiva es necesario que el can no haya sufrido la enfermedad. La vacuna puede aplicarse después del sexto mes de vida de la mascota. Una vez inoculado, el animal estará protegido frente a la leishmaniosis a partir de los 28 días.

El protocolo veterinario contempla realizar la prueba de diagnóstico de leishmaniosis al pasar el año. Al confirmar que el perro ha dado negativo, se volverá a proceder a la vacunación

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Efectos secundarios de la vacuna contra la leishmaniosis

Normalmente no se presentan reacciones, pero en los casos que se reportan suelen durar entre 24 y 48 horas. Entre estos se observa:

  • Dolor en el área de inyección.
  • Decaimiento.
  • Anorexia.
  • Vómito y diarrea.

El 1 de junio es el día mundial para reflexionar sobre la Leishmaniosis

La prevención, la información y un seguro para mascotas son el mejor remedio en la lucha frente a esta enfermedad. Participar en las actividades que se organizan en el día de la lucha contra la leishmaniosis es reconocer su impacto sobre la población y las mascotas.

Recuerda que, una vez asegurado, si tu perro tiene síntomas de la posible enfermedad,  el seguro veterinario cubrirá todos los gastos de detección, tratamientos y medicación de la Leishmaniosis durante toda la vida de tu perro.

 

Sobre el autor

Vanessa Galán