Luxación de rótula en perros: ¿qué debes tener en cuenta?

La luxación de rótula, que es la articulación de la rodilla, es una enfermedad que sufren algunos perros y que conlleva desde leves molestias casi imperceptibles hasta un dolor crónico que limita el movimiento. En concreto, la luxación de rótula en perros implica el desplazamiento de la rótula, lo que provoca que la extremidad no cumpla su función en su totalidad y que el animal sienta, al principio, una debilidad funcional.

Según el desplazamiento que se produzca en la rótula respecto de su posición normal, podemos hablar de luxación medial o de luxación lateral. El primer tipo es el más común, ya que se da en el 80 % de los casos, mientras que la lateral solo en el 20 %.

En cuanto a las causas de la luxación de rótula en perros, podemos encontrarnos con dos posibilidades: que sea debida a una enfermedad congénita, a una predisposición genética o que se derive de un traumatismo.

Luxación rotuliana en perros: ¿que es importante?
Luxación de rótula en perros: ¿qué debes tener en cuenta? - © Shutterstock

¿Cómo saber si existe una luxación rotuliana? ¿Cómo camina y qué síntomas tiene el perro? Las consecuencias

Para hablar de los síntomas de la luxación de rótula en perros, primero tenemos que distinguir entre los diferentes grados de lesión que existen, que van del I al IV:

  • Grado I: la luxación es intermitente y provoca una cojera cada tres o cuatro pasos, momento en el que da un pequeño salto o levanta un poco más la pata para evitar molestias.
  • Grado II: en este caso, la frecuencia de la luxación aumenta y la rótula se sale de su sitio más fácilmente. Es probable que muchos perros vivan con este grado de luxación antes de llegar a la artritis progresiva.
  • Grados III y IV: se produce cuando la rótula se encuentra luxada de manera permanente, lo que provoca que el perro camine siempre con cojera y arqueando las patas. En los casos de mayor gravedad, se puede confundir la dolencia con algún problema de cadera y es común que el perro se vuelva más inactivo y no quiera, por ejemplo, subir y bajar escaleras o meterse en el coche.

Si te preguntas cómo se detecta y se diagnóstica este problema de salud, lo normal es que el veterinario llegue a la conclusión en una de las revisiones rutinarias en la consulta, mientras explora al animal. No obstante, también puede suceder que sean los dueños de los perros los que informen de una ligera cojera u otros síntomas en sus animales.

Si adviertes que tu perro da pequeños saltos al caminar o notas que una de sus patas se queda como enganchada, aunque después camine con normalidad, acude a la clínica. Por estos síntomas, es muy probable que tu mascota padezca luxación de rótula en uno de sus grados más bajos, y conviene comenzar el tratamiento cuanto antes.

Luxación de rótula en perros: ¿qué debes tener en cuenta? © Shutterstock

¿Cómo curar una luxación de rótula en perros? El tratamiento

El tratamiento que se aplicará en cada caso va a depender de la gravedad de la patología. Así, mientras que los casos más leves, que solo muestran síntomas intermitentes, no precisarán seguramente ningún tratamiento, hay otros casos más graves que sí pueden requerir la toma de, por ejemplo, antinflamatorios para reducir las molestias o el dolor del perro. Si éste es el caso, contratar un seguro para perros puede ayudar a que los cuidados sean más frecuentes.

Aparte, el veterinario puede recomendar el tratamiento de fisioterapia o incluso una intervención quirúrgica, si considera que la luxación de la rótula está interfiriendo demasiado en la calidad de vida y en la libertad de movimiento del perro.

Ejercicios para tratar la luxación de rótula en perros, el tratamiento más conservador

El tratamiento con fisioterapia se centra en aumentar la estabilidad de la rodilla, para lo que se suelen realizar diferentes ejercicios encaminados a fortalecer los músculos del muslo y el cuádriceps. De esta forma, se consigue disminuir la rotación.

Adicionalmente, se recomendará que el perro se mantenga activo, ya que cuanto más tonificado esté y más fuerza ganen sus extremidades, menos sufrirá la rótula.

Si la enfermedad está muy avanzada, en las sesiones de fisioterapia se potenciará el fortalecimiento y la movilidad, con el objetivo de reducir el dolor, mediante magnetoterapia, electroterapia o terapias manuales.

La cirugía: ¿qué pasa si no opero a mi perro de la rodilla?

En la mayoría de los casos más graves, la cirugía se vuelve prácticamente imprescindible. La intervención quirúrgica consistirá en la operación de la luxación rotuliana para reparar las roturas de ligamento que se hayan producido.

Si esta intervención, cuando es necesaria, no se practica, lo que ocurrirá es que el perro sufrirá un gran desgaste articular que irá a más y que provocará tanto dolor como pérdida de movilidad.

Paralelamente, se aumentarán las probabilidades de que la mascota sufra también una lesión de menisco.

¿Cómo es la recuperación y el postoperatorio?

La recuperación de una operación de rótula no es compleja, pero sí que requiere que el perro guarde el máximo reposo posible durante varias semanas, aproximadamente seis. Tu mascota deberá moverse lo mínimo en casa y en sus paseos y, por supuesto, cualquier ejercicio físico intenso quedará prohibido por parte del veterinario.

Al cabo de dos meses desde la operación, tendrás que volver a la clínica para que el especialista evalúe la evolución del tratamiento a través de una radiografía.

Luxación de rótula en perros: ¿qué debes tener en cuenta? © Shutterstock

¿La luxación de rótula en perros es más común en perros pequeños o grandes?

Ya sabemos que las luxaciones de rótula en perros pueden deberse a dos causas: un defecto congénito que se hereda de padres a hijos o un golpe fuerte que ha podido sufrir el perro. El primer tipo, las luxaciones congénitas, sí son más comunes en perros de raza pequeña que en perros grandes, como pueden ser por ejemplo el bichón maltés o el yorkshire terrier.

De hecho, la mayor parte de estos perros pequeños sufren esta enfermedad a lo largo de su vida y en diferentes grados, aunque casi todos ellos lo experimentan en grados bajos y con síntomas muy leves, que casi no afectan al buen funcionamiento de sus extremidades.

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