La displasia coxo-femoral en el perro

¿Sabías que, aunque se trata de una enfermedad hereditaria, puedes evitar que se agrave evitando grandes esfuerzos, saltos violentos, o que baje escaleras o resbale sobre las baldosas durante su período de crecimiento?
Consulta toda la información y nuestros consejos aquí.

perro y su proprietario
perro y su proprietario - Todos los derechos reservados

Perros de raza grande y displasia

La causa de la displasia en perros es una anomalía en el desarrollo de la articulación coxofemoral.
Los perros de raza grande son más propensos a sufrir esta enfermedad. También pueden verse afectados los gatos en un grado mucho menor.
Lo ideal sería que todo criador realizara las pruebas a sus perros para descartar a los ejemplares afectados de la reproducción, y así evitar que puedan transmitir la displasia a las futuras crías.
Existen diferentes etapas: dependiendo de la raza, la displasia en etapa C, por ejemplo, es menos incapacitante.
Si durante el período de crecimiento no tomamos ciertas precauciones (evitar saltos, esfuerzos violentos, bajar por las escaleras, resbalones sobre las baldosas del suelo ...) la displasia ya declarada puede empeorar.
Una alimentación inadecuada también puede interferir en el empeoramiento de la displasia.

 

Displasia y gastos

La displasia ya declarada va a formar parte de la vida del animal y va a suponer un gasto importante para el propietario, por lo que éste puede emprender acciones legales contra el criador. La aparición de este defecto es tardía (de 6 a 12 meses, o incluso más, dependiendo de la raza), lo que a veces dificulta la denuncia.
Los perros con displasia pueden sufrir dolor continuo, que puede empeorar con la llegada del otoño.

 

¿Cómo detectar y tratar a un perro displásico?

Si tu perro cojea de las patas traseras, tiene dificultades para moverse, subir o bajar escalones, etc, consulta con tu veterinario.
Para poder diagnosticar una displasia se realizará principalmente una radiografía de las articulaciones bajo anestesia general (para poder manipular al animal y ver las articulaciones lo mejor posible). Un experto designado por el club de la raza de tu perro podrá confirmar el diagnóstico de displasia. A partir de ese momento, el veterinario podrá programar una cirugía correctiva y un plan para controlar el crecimiento, la alimentación adecuada para evitar sobrepeso, ejercicios, etc.

Sobre el autor

Vanessa Galán