La presencia de una hernia en perros: diagnóstico y tratamiento

La hernia discal es una patología neurológica frecuente en perros. Es el resultado de la compresión de la médula espinal, que provoca trastornos del aparato locomotor más o menos graves y requiere que el animal sea tratado por un veterinario cuanto antes.  A continuación, vamos a detallar las principales características de esta enfermedad.

hernia discal en perro
hernia en perros - Shutterstock

¿Qué es una hernia discal en perros y cómo se produce?

La médula espinal es una parte del sistema nervioso que recorre toda la columna vertebral de los animales y que conduce la información desde el cerebro hasta los órganos.

A lo largo de la columna vertebral, entre las vértebras, hay estructuras llamadas discos intervertebrales.

Un disco está formado por un núcleo pulposo rodeado por un anillo fibroso y, por encima, un canal medular que permite el paso de la médula.

Los discos permiten la movilidad entre las vértebras y también actúan como amortiguadores.

Causas de la hernia discal en perros

Una hernia discal se produce cuando la médula es comprimida por una de las estructuras discales:

  • Bien por la degeneración del anillo fibroso, dando lugar a una migración del núcleo que va a comprimir el canal medular: es lo que se denomina hernia de tipo I. Los perros de razas pequeñas (Teckel, Shih-Tzu, Lhasa Apso, Beagle, Bulldog francés, Cocker, Pekinés, Jack Russell, Basset Hound, Bichón Frisé y Bichón MaltésCaniche, Cavalier King Charles, Carlino…) de mediana edad (entre 3 y 6 años), son más propensos a sufrir degeneración prematura de los discos.
  • Bien a raíz de una protrusión del anillo fibroso (acción que empuja un órgano hacia delante en condiciones anormales), que se hace más grueso y comprime el canal medular: esto se denomina hernia de tipo II. Los perros de razas grandes, (pastor alemán, labrador, rottweiler, dóberman...) de edad avanzada (a partir de 6-7 años), corren mayor riesgo.
  • Ya sea después de un trauma (accidente, caída, choque) que puede afectar a todas las razas, a cualquier edad.

Los signos clínicos no difieren según el tipo de hernia, pero varían según el grado de compresión de la médula.

Hernia discal en perro
Hernia discal en perro (© Shutterstock)

Síntomas: ¿cómo saber si mi perro tiene una hernia? ¿Cómo se ve?

Dependiendo de la intensidad de los síntomas clínicos, la enfermedad se puede clasificar en diferentes estadios:

  • Estadio 1: el perro sufre dolor, chilla, gime, se resiste a pasear y también puede presentar temblores y estar postrado.
  • Estadio 2: el perro sufre dolor y tiene las habilidades motoras reducidas (paresia), pero todavía puede moverse. Presenta una marcha anormal y debilidad en las extremidades.
  • Estadio 3: el perro sufre dolor y ya no puede moverse, caminar solo (parálisis), pero aún puede mover sus extremidades: conserva la sensibilidad al dolor, lo que significa que reacciona si se pellizca la piel con fuerza.
  • Estadio 4: el perro está completamente paralizado, ya no puede mover las extremidades posteriores, pero todavía tiene sensibilidad al dolor.
  • Estadio 5: el perro está totalmente paralizado y ya no tiene sensibilidad al dolor profundo. En esa etapa puede presentar incontinencia urinaria y/o fecal.

En el peor de los casos, la progresión puede ser rápida: un animal puede estar en el estadio 1 y progresar en cuestión de horas a un estadio más avanzado. Por lo tanto, el tratamiento y el diagnóstico deben ser rápidos para evitar el agravamiento de los síntomas.

¿Cómo se diagnostica una hernia en perros?

El diagnóstico se puede realizar en una clínica, donde el veterinario procederá en primer lugar a realizar un examen neurológico completo de tu perro, y comentará contigo todos los signos clínicos (velocidad de aparición, antecedentes, etc.). Desde luego, esto será mucho más sencillo si dispones de un seguro de salud para tu mascota.

Después, se pueden realizar pruebas de diagnóstico por imagen para ver la hernia, si la hubiera, y ubicar el disco intervertebral afectado: resonancia magnética, escáner, mielografía… En perros, estos exámenes se realizan con anestesia general.

Es posible que tu veterinario le derive a una clínica especializada para tratar este tipo de afecciones.

Los distintos tipos de hernias en perros 

Aunque en muchos casos los síntomas y el tratamiento son los mismos, es conveniente conocer qué tipos de hernias en perros hay, entre los que destacan los siguientes:

La hernia umbilical (en el ombligo)

Una hernia umbilical se caracteriza por la salida de una pequeña parte del contenido abdominal por el ombligo. Es habitual que se produzcan hernias umbilicales en las hembras después de parir, pero también después de traumatismos o a raíz de otras muchas causas. 

Si las hernias umbilicales son pequeñas, pueden resultar inofensivas. Suele tratarse de bultos suaves y lisos localizados en o alrededor del ombligo. En cambio, si su tamaño aumenta o si provocan dolor al animal, conviene actuar rápidamente.

La hernia perineal 

Cuando un perro tiene una hernia perineal, parte de su intestino, su vejiga o su próstata (si es un macho) sobresale a través del perineo, que no es otra cosa que la zona comprendida entre los genitales del animal y su ano. Por su condición, es un tipo de hernia más común en perros machos y puede estar causada por debilidad muscular o del tejido o por una enfermedad o una lesión.

En cuanto a los signos y síntomas de la hernia perineal en perros, estos comprenden desde un bulto en la zona hasta problemas para orinar o defecar y dolor.

La hernia inguinal

En las hernias inguinales, la pared de la zona inguinal se observa deteriorada o dañada. Aunque no es imposible que se produzcan en la edad adulta, lo más común es que las hernias inguinales tengan un origen congénito y que se den desde el nacimiento del perro.

Aparte, como en otros casos de hernias en perros, los embarazos, los traumatismos o incluso el aumento de peso pueden ser factores de riesgo de las hernias inguinales, y también pueden agravar su cuadro clínico si ya se padecen.

La hernia de disco o discal (toracolumbar o cervical)

Las hernias de disco o discales son la consecuencia de la compresión producida sobre la médula espinal del can, lo cual produce en el animal diferentes trastornos del aparato locomotor, que pueden ser más o menos graves. Podemos distinguir entre:

  • Hernias toracolumbares: en todos los animales, si la hernia de disco se produce en la parte inferior de la columna vertebral, solo se ven afectadas las extremidades posteriores: esto se denomina hernia toracolumbar.
  • Hernias cervicales: en cambio, si la compresión se produce en la zona de los hombros o el cuello, se verán afectadas las 4 extremidades, anteriores y posteriores. Esto se denomina hernia cervical.

La hernia diafragmática

Cuando hablamos de una hernia diafragmática, nos estamos refiriendo a la condición en la que un fragmento de los intestinos o del estómago sobresale y atraviesa al diafragma, que es el órgano que separa el abdomen del tórax. Por su origen, distinguimos entre dos tipos de hernias diafragmáticas diferentes:

  • Las hernias diafragmáticas traumáticas: se producen a raíz de un evento que provoca el desgarro del diafragma. Hablamos, por ejemplo, de accidentes, caídas desde puntos altos o lesiones provocadas por golpes. También pueden deberse a una mordedura lo suficientemente penetrante por parte de otro animal.
  • Las hernias diafragmáticas congénitas: por su parte, las hernias diafragmáticas congénitas existen en el animal desde el momento mismo en que nace, ya que su origen es un defecto congénito en el desarrollo de su diafragma.

¿Cómo curar la hernia en perros?

Para perros con hernia discal en estadio 1 (con dolor sin signos de parálisis), se puede prescribir un tratamiento médico antiinflamatorio y reposo estricto durante varias semanas como tratamiento de primera línea, para permitir que el disco afectado sane gradualmente. Debería observarse una mejora en unas 2 a 8 semanas.

Operación de hernia en perros

Para todos los demás estadios, o si el tratamiento médico no ha funcionado para el estadio 1, será necesario realizar una intervención quirúrgica de urgencia para descomprimir la médula espinal. El tratamiento debe ser rápido para evitar cualquier agravamiento, preferiblemente dentro de las 48 horas posteriores al inicio de los síntomas.

El cirujano accederá a la médula, al nivel del disco herniado (detectado durante las pruebas por imagen previas a la operación), y retirará el material que comprime la médula.

Si se observa daño en la médula espinal durante la cirugía, lamentablemente se tratará de daños irreversibles: no es posible reemplazar una médula espinal. Este ocurre cuando la afección es crónica, es decir, cuando ha estado evolucionando desde hace mucho tiempo.

Tratamiento postoperatorio de la hernia en perros

La recuperación postoperatoria puede ser larga. La duración de la hospitalización en la clínica dependerá del postoperatorio y del estado neurológico de tu perro.

Al principio, el perro tendrá dificultad para caminar, puede tener incontinencia y necesitar ayuda para vaciar la vejiga. En la mayoría de los casos, la mejoría se observa a los pocos días de la intervención.

Pueden ser necesarias sesiones de rehabilitación, así como visitas de revisión en la clínica.

hernia en perros
Hernia en perros (© Shutterstock)

¿Cuál es el pronóstico?

Cuanto antes se realice el tratamiento quirúrgico, mejor será el pronóstico y el animal tendrá mayores posibilidades de volver a caminar.

Para los estadios 4 y 5, las posibilidades de recuperación son menores.

Un perro que ha estado totalmente paralizado durante menos de 48 horas tiene, en teoría, más del 50 % de posibilidades de volver a caminar si se le opera de inmediato.

Por último, en caso de parálisis sin sensibilidad al dolor durante más de 2 días, hay menos del 10 % de posibilidades de que vuelva a caminar, incluso con cirugía.

¿Se puede prevenir esta patología?

Es difícil prevenir una hernia discal. No obstante, en razas propensas, se recomienda evitar ciertos movimientos, por ejemplo bajar del sofá o bajar las escaleras. En ese caso, puedes desplazar a tu perro sujetando todo su cuerpo por el vientre con sus antebrazos.

En conclusión, la hernia de disco es una afección bastante común y grave en perros. El pronóstico es bastante bueno en los primeros estadios, si se realiza una intervención quirúrgica rápidamente. Por lo tanto, es importante identificar los síntomas cuanto antes y llevar a tu mascota al veterinario antes de que su estado empeore. La recuperación siempre es bastante larga, pero los resultados pueden ser increíbles en pocos días.

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Equipo SantéVet